¿Cuándo fue la última vez que cambiaste tu almohada? ¿Ni lo recuerdas? Entonces necesitas saber la importancia que tienen en tu salud.
Un buen descanso es fundamental para mantener el cuerpo sano. Mientras dormimos, sigue funcionando y favorece a fortalecer las defensas, disminuir el riesgo de enfermedades y ayuda al buen funcionamiento de la memoria.
Como puedes ver, descansar es fundamental para la salud tanto física como mental. Sin embargo, no siempre podemos hacerlo de la mejor forma, las preocupaciones, estrés, el exceso de calor… son factores que hacen que no podamos recuperar la energía de la mejor forma posible. Una forma de mejorar este descanso es eligiendo un buen colchón o almohada que lo favorezca.
Seguro que cambias a menudo de sábanas, cortinas fundas de cojines… ¿verdad? Aunque los colchones y almohadas tienen una vida útil larga, no debemos olvidar que no son infinitos y que el paso de los años hace que vayan perdiendo efectividad. No es que exista un tiempo estipulado para cambiar tu almohada pero una buena referencia sería cada dos años.
Como puedes ver, se trata de un periodo de tiempo más corto que el de los colchones que suelen cambiarse cada más tiempo. ¿A qué se debe? En las almohadas suelen concentrarse la mayoría de los ácaros y células muertas, por lo que pueden generar malos olores y provocar un mal descanso.
Cuando llevamos tiempo utilizando las almohadas podemos empezar a sentir algunos problemas que son indicativo de que necesitamos un cambio. ¿Cuáles son los síntomas?
Antes de elegir una almohada, es importante atender a algunos aspectos de nuestra salud. La almohada que necesitaremos no será la misma si tenemos problemas de espalda o de cuello. Por eso es muy importante tener en cuenta las siguientes cuestiones:
Tamaño: Las dimensiones de nuestra cama es uno de los aspectos fundamentales que debemos atender. Es importante medir el espacio que tenemos disponible para elegir el tamaño correcto de almohada.
Posición: ¿En qué posición duermes? Si lo haces boca arriba es importante que elijas una almohada con firmeza intermedia para evitar problemas cervicales. Si duermes de lado puedes utilizar una almohada con firmeza intermedia-alta, ya que tus cervicales no quedarán perjudicadas directamente. Y en caso de dormir boca abajo, tu almohada debe ser corta y blanda.
Firmeza: Es uno de los factores más importantes a tener en cuenta, ya que como te contábamos en el punto anterior, dependiendo de la forma que tengamos para dormir deberemos utilizar una firmeza u otra para ahorrarnos dolores de cuello.
Transpirabilidad: Es otro de los factores que favorecen el descanso, por lo que también es importante tenerlo en cuenta y elegir un material lo suficientemente transpirable.
Alargar la vida de las almohadas es más que posible si hacemos un buen cuidado de ellas. Además, esto nos ayudará a descansar mucho mejor. ¿Cómo podemos conseguirlo?
Con estos cuidados básicos conseguirás alargar la vida de tus almohadas además de un descanso óptimo que repercutirá en tu salud.
¿Tienes dudas con el tipo de almohada que te conviene? ¡Nosotros estaremos encantados de ayudarte. ¡Contáctanos!
¿Sabías que en el Antiguo Egipto ya se usaban almohadas? No eran almohadas tal y como las conocemos hoy en día, eran meros “apoyaderos” de cabeza hechos de oro o madera para lo más pudientes y de piedra para los más humildes.
Almohada procedente de: Anhui léase Ánjuei (chino: 安徽省, pinyin: Ānhuī Shěng?,
transcripción antigua: Anhwei) provincia de la República Popular China.
Afortunadamente las almohadas han cambiado mucho y sin haber probado las antiguas almohadas de Egipto, seguramente el cambio ha sido a mejor. En esta entrada, vamos a intentar aclarar cada cuánto tiempo se debería cambiar de almohada y cómo debería ser nuestra almohada ideal.
Tenemos más o menos claro que un colchón se debe cambiar, al menos, cada diez años, pero no hay un criterio establecido sobre cuándo debemos renovar nuestra almohada. Nuestra recomendación es hacerlo entre 2 y 5 años como mucho. Las almohadas tienen un desgaste mucho mayor que los colchones, y por lo general éstos son muchos más resistentes. En realidad no sólo es por desgaste, a decir verdad el desgaste es casi lo de menos. La razón principal por la que recomendamos cambiar de almohada más a menudo es por la higiene. La almohada es la parte que más contacto directo tiene con el cuerpo humano a la hora de dormir y aunque lavemos las sábanas con regularidad, siempre van a quedar “partículas” en la almohada. ¿Sabías que un estornudo medio alcanza los 140 km/h? A esa velocidad es muy fácil que los gérmenes y mucosas que se desprenden en el estornudo, traspasen la funda de la almohada y se incrusten en ella. Tanto los estornudos como la tos, son reacciones que nuestro cuerpo toma para limpiar las vías respiratorias y expulsar aquello que considera perjudicial. Si nuestro cuerpo expulsa esas partículas, seguramente no le guste que se queden en nuestra almohada para respirarlo a la noche siguiente. Esto, por no hablar del sudor que producimos al dormir.
Una vez nos hemos decidido a cambiar de almohada, tenemos que encontrar una aquella a la que le podamos consultar, no en vano nos la encontraremos todas las noches. Se dice que la elección de la almohada es de un uso muy personal y he aquí nuestra gran recomendación de hoy: si duermes acompañado, elige almohadas partidas. Muchas personas pueden pensar que las almohadas partidas son menos estéticas que una sola almohada para toda la cama, pero en nuestra almohada ideal influye un aspecto mucho más importante que la estética, ¡tu forma de dormir! No es lo mismo si duermes boca arriba, boca abajo o de lado. La primera función que debe cumplir nuestra almohada es mantener nuestra columna vertebral recta y si duermes de lado, lo recomendable es dormir con una almohada más alta, mientras que si duermes boca arriba o boca abajo es importante dormir con una almohada más baja, si no, se pueden tener problemas cervicales.
Como ya comentamos en la entrada anterior, si eres de aquellas personas que busca adaptabilidad seguro que una almohada de viscoelástica te irá bien, pero si eres una persona calurosa te recomendamos otro tipo de materiales, como por ejemplo la microfibra.
Por último, recuerda que cuando vayas a comprar una almohada debes probarla y hacerlo según la postura en la que sueles dormir. ¡Qué no te de vergüenza!