¿Sabías que en el Antiguo Egipto ya se usaban almohadas? No eran almohadas tal y como las conocemos hoy en día, eran meros “apoyaderos” de cabeza hechos de oro o madera para lo más pudientes y de piedra para los más humildes.
Almohada procedente de: Anhui léase Ánjuei (chino: 安徽省, pinyin: Ānhuī Shěng?,
transcripción antigua: Anhwei) provincia de la República Popular China.
Afortunadamente las almohadas han cambiado mucho y sin haber probado las antiguas almohadas de Egipto, seguramente el cambio ha sido a mejor. En esta entrada, vamos a intentar aclarar cada cuánto tiempo se debería cambiar de almohada y cómo debería ser nuestra almohada ideal.
Tenemos más o menos claro que un colchón se debe cambiar, al menos, cada diez años, pero no hay un criterio establecido sobre cuándo debemos renovar nuestra almohada. Nuestra recomendación es hacerlo entre 2 y 5 años como mucho. Las almohadas tienen un desgaste mucho mayor que los colchones, y por lo general éstos son muchos más resistentes. En realidad no sólo es por desgaste, a decir verdad el desgaste es casi lo de menos. La razón principal por la que recomendamos cambiar de almohada más a menudo es por la higiene. La almohada es la parte que más contacto directo tiene con el cuerpo humano a la hora de dormir y aunque lavemos las sábanas con regularidad, siempre van a quedar “partículas” en la almohada. ¿Sabías que un estornudo medio alcanza los 140 km/h? A esa velocidad es muy fácil que los gérmenes y mucosas que se desprenden en el estornudo, traspasen la funda de la almohada y se incrusten en ella. Tanto los estornudos como la tos, son reacciones que nuestro cuerpo toma para limpiar las vías respiratorias y expulsar aquello que considera perjudicial. Si nuestro cuerpo expulsa esas partículas, seguramente no le guste que se queden en nuestra almohada para respirarlo a la noche siguiente. Esto, por no hablar del sudor que producimos al dormir.
Una vez nos hemos decidido a cambiar de almohada, tenemos que encontrar una aquella a la que le podamos consultar, no en vano nos la encontraremos todas las noches. Se dice que la elección de la almohada es de un uso muy personal y he aquí nuestra gran recomendación de hoy: si duermes acompañado, elige almohadas partidas. Muchas personas pueden pensar que las almohadas partidas son menos estéticas que una sola almohada para toda la cama, pero en nuestra almohada ideal influye un aspecto mucho más importante que la estética, ¡tu forma de dormir! No es lo mismo si duermes boca arriba, boca abajo o de lado. La primera función que debe cumplir nuestra almohada es mantener nuestra columna vertebral recta y si duermes de lado, lo recomendable es dormir con una almohada más alta, mientras que si duermes boca arriba o boca abajo es importante dormir con una almohada más baja, si no, se pueden tener problemas cervicales.
Como ya comentamos en la entrada anterior, si eres de aquellas personas que busca adaptabilidad seguro que una almohada de viscoelástica te irá bien, pero si eres una persona calurosa te recomendamos otro tipo de materiales, como por ejemplo la microfibra.
Por último, recuerda que cuando vayas a comprar una almohada debes probarla y hacerlo según la postura en la que sueles dormir. ¡Qué no te de vergüenza!